Es la práctica del arte del silencio.
Cuando somos capaces de silenciar nuestra mente, generamos nuevas sinapsis neuronales que provocan profundos cambios en nuestro cerebro gracias a la gran plasticidad de este órgano, produciéndose una transformación en todo nuestro Ser (cuerpo-mente).
Esto lo conseguimos gracias a:
– Profundizar en el autoconocimiento de nuestra respiración.
– El aumento de nuestra capacidad de atención, al engrosar el tamaño de la corteza prefrontal de nuestro cerebro por la práctica sostenida de la
meditación.
– La reducción de nuestro ruido mental y del estres.
– El crecimiento en autoconciencia.
Generándose así una sensación permanente de bienestar.
La práctica de la meditación está recomendada para reforzar cualquier proceso de psicoterapia, así como en el tratamiento de personas con déficit de atención, tdh y tdah,pudiendo ser practicada desde temprana edad hasta edades avanzadas, no presentando efectos secundarios alguno, o más bien sí, el de la mejora del estado general debido al crecimiento en conciencia.